domingo, 6 de diciembre de 2015

Una ciencia desde la cantidad hacia la calidad

Todo acto humano desde el más simple al más complejo supone una reflexión de las opciones, cuidados y desafíos. (Arboleda, 1996, pág. 123) en la moraleja de la fábula del caballito de mar advierte “… que si usted no sabe con certeza a dónde va, es probable que termine en cualquier lugar, diferente al que quiere llegar”. (Herrera, Medina, & Naranjo, 2014, pág. 36) expresa que “… plantear un problema me resultó todo un problema…”. Sin duda, lo más difícil es el primer paso que se tiene que dar.

En este contexto cabe preguntar: ¿Con qué diseño se trabajará: teoría fundamentada, etnografía, narrativa, investigación acción o estudio fenomenológico? ¿Cómo se realizará el análisis? ¿Cómo se cuidará el rigor metodológico?, y ¿Qué retos se tendrá que asumir? (Salgado, 2007, pág. 71) ayuda en las respuestas a estas interrogantes.

¿Será la teoría fundamentada?, que se sostiene en el interaccionismo simbólico y que la (Universidad Javeriana, 2015) define como “… un conjunto de símbolos de cuyo significado participan los actores…” la teoría proviene de los datos investigados más no de estudios prexistentes, del vacío de las teorías actuales y de la búsqueda de nuevas formas de entender los fenómenos sociales.

¿O tal vez la balanza se inclinará a un diseño etnográfico? (Martínez, 2014, pág. 181) expresa que es “acercarse a la verdadera naturaleza de las realidades humanas…” mediante el análisis in situ de las creencias y prácticas de grupos o comunidades; del estudio de categorías, temas o patrones culturales; del cuidado en las reconstrucciones teóricas e interpretaciones y desde un diseño: realista, crítico, clásico, microetnográfico o estudio de casos.

¿A lo mejor con un diseño narrativo nos iría muy bien? Se tendría que reconstruir historias de toda una vida, un pasaje o un episodio; analizar el ambiente, la secuencia y los resultados y describir de forma narrativa, biográfica o autobiográfica. En sí, “ese mundo vivido con su propio significado” (pág. 163)

¿También una investigación acción no estaría nada mal?  En palabras (Morán & Oswaldo, 2000, pág. 120) se “pretende resolver un problema real y concreto” desde la práctica educativa cotidiana; los participantes son los protagonistas y se siguen los pasos de observar, pensar y actuar.

Pero, ¿Por qué no un diseño fenomenológico?, que para (Martínez, Nuevos métodos de investigación, 2012, pág. 167) es el estudio de “… una realidad cuya esencia depende del modo en que es vivida y percibida por el sujeto, una realidad interna y personal…”. Es decir, enfocarse en experiencias individuales o colectivas, confiar en la intuición y la imaginación, desde la contextualización del tiempo, espacio y relación.

En fin, hay mucha tela que cortar. Otro tema es el análisis de la información. Salgado define como “el lado oscuro de la investigación cualitativa…” Sin embargo, propone algunos procedimientos a seguir: descubrimiento en la búsqueda de temas; codificación en la reunión y análisis de datos; y relativización en la interpretación (pág. 73).

Otro aspecto de revisión es la validez de la investigación. Según esta misma autora considera la credibilidad, auditabilidad y transferibilidad; la credibilidad si los participantes consideran que la información se aproxima a la verdad; la auditabilidad si otro investigador examina los datos y llega a conclusiones similares y la transferibilidad en la posibilidad de extender los resultados a otros grupos.

Aun así, quedan retos por superar: el uso de las TICs para procesar la investigación cualitativa y la integración de los enfoques cualitativo y cuantitativo. La recolección de la información y el análisis puede ser asistido por las herramientas tecnológicas, pero el ordenador es solo una ayuda, no reemplaza la capacidad del investigador. Por último, la integración del método empírico con el hermenéutico a fin de enriquecer el conocimiento de la realidad.

En fin, por lo visto se tiene de todo en la alacena de la investigación cualitativa, basta echar mano. Todo dependerá de la naturaleza del objeto de estudio y de la ruta que se quiere transitar. Sin duda, es nueva manera de hacer ciencia, no solo desde la cantidad sino también yendo hacia la calidad.

Héctor Neto 

Bibliografía

Arboleda, N. (1996). Técnología Educativa y Diseño Instruccional. Bogotá: INTERCONED.
Herrera, L., Medina, A., & Naranjo, G. (2014). Tutoría de la Investigación. Ambato: Maxtudio.
Martínez, M. (2012). Nuevos métodos de investigación. México: Trillas.
Martínez, M. (2014). Ciencia y arte en la metodología cualitativa. México: Trillas.
Morán, F., & Oswaldo, P. (2000). Metodología de la Investigación. Quito: afefce.
Salgado, A. (2007). Investigación Cualitativa: diseños, evaluación del rigor metodológico y retos. Scielo.
Universidad Javeriana. (5 de Diciembre de 2015). El interaccionismo simbólico. Obtenido de http://cmap.javeriana.edu.co/servlet/SBReadResourceServlet?rid=1K6XH9QJQ-1HB851T-2M6

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