Todo acto humano desde el más simple al más
complejo supone una reflexión de las opciones, cuidados y desafíos. (Arboleda,
1996, pág. 123)
en la moraleja de la fábula del caballito de mar advierte “… que si usted no
sabe con certeza a dónde va, es probable que termine en cualquier lugar,
diferente al que quiere llegar”. (Herrera, Medina, & Naranjo, 2014, pág. 36) expresa que “…
plantear un problema me resultó todo un problema…”. Sin duda, lo más difícil es
el primer paso que se tiene que dar.
En este contexto cabe preguntar: ¿Con qué
diseño se trabajará: teoría fundamentada, etnografía, narrativa, investigación
acción o estudio fenomenológico? ¿Cómo se realizará el análisis? ¿Cómo se
cuidará el rigor metodológico?, y ¿Qué retos se tendrá que asumir? (Salgado,
2007, pág. 71)
ayuda en las respuestas a estas interrogantes.
¿Será la teoría fundamentada?, que se sostiene en
el interaccionismo simbólico y que la (Universidad Javeriana, 2015) define como “… un
conjunto de símbolos de cuyo significado participan los actores…” la teoría proviene
de los datos investigados más no de estudios prexistentes, del vacío de las
teorías actuales y de la búsqueda de nuevas formas de entender los fenómenos
sociales.
¿O tal vez la balanza se inclinará a un diseño
etnográfico? (Martínez, 2014, pág. 181) expresa que es “acercarse
a la verdadera naturaleza de las realidades humanas…” mediante el análisis in
situ de las creencias y prácticas de grupos o comunidades; del estudio de
categorías, temas o patrones culturales; del cuidado en las reconstrucciones
teóricas e interpretaciones y desde un diseño: realista, crítico, clásico,
microetnográfico o estudio de casos.
¿A lo mejor con un diseño narrativo nos iría muy
bien? Se tendría que reconstruir historias de toda una vida, un pasaje o un
episodio; analizar el ambiente, la secuencia y los resultados y describir de
forma narrativa, biográfica o autobiográfica. En sí, “ese mundo vivido con su
propio significado” (pág. 163)
¿También una investigación acción no estaría
nada mal? En palabras (Morán & Oswaldo, 2000, pág. 120) se “pretende
resolver un problema real y concreto” desde la práctica educativa cotidiana;
los participantes son los protagonistas y se siguen los pasos de observar,
pensar y actuar.
Pero, ¿Por qué no un diseño fenomenológico?, que
para (Martínez, Nuevos métodos de investigación, 2012, pág. 167) es el estudio de “…
una realidad cuya esencia depende del modo en que es vivida y percibida por el
sujeto, una realidad interna y personal…”. Es decir, enfocarse en experiencias individuales
o colectivas, confiar en la intuición y la imaginación, desde la contextualización
del tiempo, espacio y relación.
En fin, hay mucha tela que cortar. Otro tema es
el análisis de la información. Salgado define como “el lado oscuro de la
investigación cualitativa…” Sin embargo, propone algunos procedimientos a
seguir: descubrimiento en la búsqueda de temas; codificación en la reunión y
análisis de datos; y relativización en la interpretación (pág. 73).
Otro aspecto de revisión es la validez de la
investigación. Según esta misma autora considera la credibilidad, auditabilidad
y transferibilidad; la credibilidad si los participantes consideran que la
información se aproxima a la verdad; la auditabilidad si otro investigador
examina los datos y llega a conclusiones similares y la transferibilidad en la
posibilidad de extender los resultados a otros grupos.
Aun así, quedan retos por superar: el uso de
las TICs para procesar la investigación cualitativa y la integración de los
enfoques cualitativo y cuantitativo. La recolección de la información y el
análisis puede ser asistido por las herramientas tecnológicas, pero el
ordenador es solo una ayuda, no reemplaza la capacidad del investigador. Por
último, la integración del método empírico con el hermenéutico a fin de
enriquecer el conocimiento de la realidad.
En fin, por lo visto se tiene de todo en la
alacena de la investigación cualitativa, basta echar mano. Todo dependerá de la
naturaleza del objeto de estudio y de la ruta que se quiere transitar. Sin
duda, es nueva manera de hacer ciencia, no solo desde la cantidad sino también
yendo hacia la calidad.
Héctor Neto
Bibliografía
Arboleda, N. (1996). Técnología Educativa y Diseño Instruccional.
Bogotá: INTERCONED.
Herrera, L., Medina, A., & Naranjo, G. (2014). Tutoría
de la Investigación. Ambato: Maxtudio.
Martínez, M. (2012). Nuevos métodos de investigación.
México: Trillas.
Martínez, M. (2014). Ciencia y arte en la metodología
cualitativa. México: Trillas.
Morán, F., & Oswaldo, P. (2000). Metodología de la
Investigación. Quito: afefce.
Salgado, A. (2007). Investigación Cualitativa: diseños,
evaluación del rigor metodológico y retos. Scielo.
Universidad Javeriana. (5 de Diciembre de 2015). El
interaccionismo simbólico. Obtenido de
http://cmap.javeriana.edu.co/servlet/SBReadResourceServlet?rid=1K6XH9QJQ-1HB851T-2M6
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